A puerta cerrada, escondido en un rincón especial y sereno de Guatemala, se elaboran los mejores cobertores hechos a medida exacta. Cada puntada de nuestro taller está en constante evolución, con un equilibrio saludable entre la tecnología y la intuición. El valor único de cada cobertor reside en una serie de significativos detalles y se necesitan entre 5 a 8 horas para hacer un cobertor. Nuestra única técnica de corte consolidada a lo largo de los años y detalles minuciosos en el proceso, garantizan ajuste, belleza y protección.
Porque la diferencia radica precisamente en una serie de gestos manuales, de manipulación real y hábil de los tejidos, desde la etapa de corte hasta el empacado.

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